Los países, todos, cuentan con tradiciones incluso si estos han pasado por terribles momentos históricos como guerras o desmembramiento de sus sistemas sociales. Las fiestas populares tradicionales, siempre van a ser una muestra característica de lo que es la cultura y en consecuencia, de la identidad cultural de las naciones. En el caso de las fiestas tradicionales, estas se han convertido en una mirada que podemos hacer a través del tiempo, con las que se nos muestra una visión integral que es catalizadora de las expresiones identitarias. De ello podemos extraer que los elementos de carácter sociocultural son indudablemente el reflejo de una época, y además el escenario ideal cuando se desea estudiar de manera integral una cultura concebida que se encuentra vinculada a determinados sucesos que acontecen dentro de la vida cotidiana de los hombres.

Las fiestas tradicionales nos conducen hacia una salida de la cotidianidad. En ellas se puede expresar las huellas que han transitado por medio del tejido social que estas representan, y cuyos intereses se encargan de simbolizar y constituir el reflejo de la identidad cultural de determinado pueblo e acuerdo a su tradición. En una sociedad podemos encontrar presente desde conceptos que abarcan la identidad cultural, hasta las tradiciones y las fiestas populares tradicionales, con lo que pueden demostrar su vinculación e importancia para su conservación. Del mismo modo, se pueden notar gran cantidad de elementos socioculturales que suelen identificarlas convirtiendolas en el reflejo de su identidad cultural.

Las fiestas populares tradicionales, se encuentran enmarcadas dentro de las tradiciones, estas son esa muestra característica de cada cultura, y por ende de la identidad que continúa siendo un objeto candente de estudio, más allá de que vivimos dentro de una sociedad secularizada y además en un momento donde las líneas de investigación están encaminadas por otros derroteros.

La globalización cultural se ha establecido como uno de los principales factores del rescate y la formación de las más recientes generaciones dentro del amor a la cultura sobre todo si se trata de esas tradiciones que conforman su identidad. En tal sentido, se considera que debido a los cambios y el auge socioeconómico de los tiempos que están transcurriendo, no es tan sencillo enmarcar los contextos sociales como absolutamente modernos o tradicionales, debido a que todo desarrollo cultural muestra las transformaciones cualitativas que son inevitables y que además defienden aspectos que son valiosos dentro de las etapas de las generaciones anteriores, que al interesarse en lo que respecta al desarrollo actual o en una gran proporción del mismo, no se desprenden de los marcos culturales que son absolutamente auténticos.

Por su parte, la interacción cultural ha ido estableciendo infinidades de transformaciones históricas dentro de las sociedades como un verdadero proceso de constante comunicación; no obstante, es posible que en medio de ello se resalte que en las comunidades tradicionales también la posibilidad de operar cambios, que no alcancen a alterar en su esencia la identidad, manteniendo el sistema de valores, normas y creencias más allá de haber evolucionado sustentando su identidad.